miércoles, 13 de mayo de 2009

Las Azucenas

Las azucenas (Lilium longiflorum) pertenecen a la familia de las liliáceas, se considera que son nativas de China y Japón. Están formadas por un bulbo del cual se desprenden varias hojas largas, estrechas y lustrosas, de tallo alto y flores terminales grandes, blancas y muy olorosas. Las diferentes especies y variedades de este lirio se diferencian por el color de las flores.

Su florecimiento periódico, durante varios años, hacen de ella una especie apropiada para ser cultivada en arriates, ideal en suelo permeable y rico en materia orgánica. No se recomienda cambiarla de lugar, es preferible hacerlo después de cinco años de su plantación.


Cargada de historia

Las azucenas también han formado parte de la historia del arte. Al tener una connotación de pureza e inocencia han sido representativas en pinturas de carácter religioso. El ser humano ha sentido una misteriosa atracción hacia ellas desde muchos siglos atrás, prueba de ello es que en el templo de Salomón se pueden encontrar algunas representadas en esculturas.


Para los asirios esa flor era sagrada, al igual que en la antigua Grecia donde se creyó que la azucena había nacido de la leche de los pechos de Hera, diosa del matrimonio y la fertilidad. En el caso de Guatemala, en algunos departamentos como Quetzaltenango, el pretendiente lleva estas flores en sus manos al ir a pedir a la novia.


Según la filosofía Feng-Shui, dicha especie es considerada un símbolo del verano y de la abundancia, mientras que para los chinos significa “siempre en amor”, y durante siglos se pensó que ahuyentaban el mal de ojo.

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